"El taquión contiene todo el potencial del continuum energético. Es éste el principio que hace a la terapia taquiónica universal y sin efectos colaterales, puesto que crea en el organismo el orden, la salud y el rejuvenecimiento"

UN POCO DE HISTORIA...






La energía taquiónica se conocía ya desde hacía 7.000 años y a través del paso del tiempo científicos la han estudiado como una fuerza vital que fluye a través del universo, sólo que ha sido llamada de diferentes maneras.

En la India , ya desde el 5.000 a.C., esta energía universal, se denomina Prana, fue considerada el principio básico y la fuente de la vida. Antiguos textos indios, escritos hace 4.000 años, ya se dedicaban al uso terapéutico de la energía vital.
Desde el 3.000 a.C , en China  se conoce la existencia del Chi, o energía vital. Para ellos, toda la materia del universo, animada o no, se constituye y se impregna de esta energía.
En un texto chino que data del 2700 a.C., titulado Clásico de la Medicina Interna, se encuentran algunos principios fundamentales de la medicina energética.
En Japón  esta energía se denomina Ki, término que designa la energía dinámica y sutil, presente en todas las cosas.
En la literatura occidental, la existencia de la energía vital fue estudiada por primera vez alrededor del 500 a.C. por los pitagóricos, según los cuales, ésta podía producir efectos sobre el organismo en la cura de diversas enfermedades.
Los antiguos egipcios conocían muy bien esta energía cósmica, a la que llamaban Sekhem. Hoy, la ciencia ha descubierto que las pirámides son grandes acumuladoras energéticas, cuya energía vital se concentra a los 2/3 de altura, precisamente en la que fue la habitación del Rey.
Los griegos la llamaban Physis o Pneuma. Hermes, llamaba a esta energía sutil-vital Telesma. Platón hablaba de Nous. Los Sufìs la llamaron Barakah. Ellos también usaban su conocimiento para curar o para prevenir las enfermedades.
Hipócrates hablaba de energías circulantes en el cuerpo y sostenía que la enfermedad nace por los desequilibrios y las carencias de esta misma energía.

Paracelso, célebre médico del siglo XVI, la llamaba Acqueo o Iliaster y la consideraba como una entidad compuesta de fuerza y materia vital, una esencia radiante que podía curar las enfermedades. Sostenía que el cuerpo se mantiene en vida por una sustancia sutil que funciona  como materia y también como energía. Acercándose a las enseñanzas de Paracelso, los dos grandes físicos italianos, Luigi Galvani (1738-1798) y Alejandro Volta (1745-1827), estudiaron por primera vez la relación entre la energía vital y la bioelectricidad. Galvani, en particular, habló de una “fuerza vital” que animaba a los seres humanos, y utilizando instrumentos para demostrarlo, halló esta presencia en las células vivientes.

A PRINCIPIOS DE SIGLO




Entre los primeros físicos  que postularon la existencia de un campo de energía libre y en la que muchos de los científicos se han  apoyado, se encuentran las investigaciones de Nikola Tesla y Serentzon Stanyukovicz,   donde ya desde 1920 se hipotizaba la existencia  y la posibilidad de convertir la energía cósmica en energía útil.
En 1966 los científicos Gerard Feinberg y George Sudershan,  trabajando cada uno por su cuenta, coincidieron en llamar   “Taquiones” ( del griego tachys, “veloz o acelerado”) a las partículas de energía con una masa muy pequeña, que se mueven a una  velocidad  3 veces mayor que  la luz y son consideradas el primer paso  de  energía pura  (sin masa) a la materia.
Sucesivamente, el etomólogo, Philip Callahan, hizo la primera prueba experimental  para demotrar la existencia de los taquiones.
Es así como en  1972 el célebre físico Stuhlinger en  Alabama (USA) estudiando la “Teoría del escudo”  del físico estadounidense Stokes, que sostenía la existencia de una inmensidad de energía libre que viaja más veloz que la luz, deduce que el efecto “escudo” sólo se podía explicar por la existencia de un «campo taquiónico ». 
En el libro Iniciación a la Energía Taquiónica el  Dr. Cousens,  describe que se trata de campos que al mismo tiempo crean e infunden energía a las  formas de vida.

En 1990 David Wagner inició los primeros experimentos con materiales taquionizados.
En  “Tachyon Energy Reasearch Group” científicos japoneses desarrollaron  materiales especiales taquiónicos que presentan una cohesión molecular especial  en nivel de capacitar al cuerpo para canalizar la energía Taquiónica: :  el polvo Takionic, que  está compuesto por centenares de minerales piezoeléctricos micronizados ( cada uno con distinta longitud de onda que va desde los 4 hasta los 16 milimicrones, con el objetivo de emanar un amplio espectro de luz)  que funcionan como antenas para catalizar la energía taquiónica, obteniéndola desde el omnipresente e infinita energía de punto cero llamada desde la antiguedad: Fuerza vital,  Prana, Chi, Ki; denominada en física cuántica: Energía de punto cero, Electrodébil, Sutil, Orgónica, etc.

La Dra. Maddalena Galliani autora del libro “Campo Taquiónico” (1999), escribe: las células primarias que constituyen el organismo humano tienen que quedar continuadamente en contacto con la fuente de vida  constituida por el campo taquiónico. Sólo cargada continuadamente por una onda natural (compuesta por frecuencias medibles en millimicrón), la célula mantiene una funcionalidad ideal para el trabajo que tiene que desempeñar.

1 comentario:

  1. Se informan libros de investigadores sobre el tema taquion, pero porque se los guardan? porque no los ponen a disposición de los que queremos aprender sobre el tema? para quien los guardan? no le hacen homenaje a la energia taquiónica!!!

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